Este es un Artículo publicado en Clarín 12/04/2009 que describe a gran escala lo que fue esa fiesta .....
"Con el poder metálico inalterable
El legendario trío de Lemmy Kilmister dio una clase magistral de su rock fuerte, corto y distorsionado"
"PURA MUSICA CON CASI NADA DE PUESTA EN ESCENA, LA BANDA INGLESA SE DEDICO A ROCKEAR CON SU ESTILO AMASADO DURANTE TANTOS AÑOS DE RUTA. HUBO TIEMPO TAMBIEN PARA UN SET ACUSTICO, EN EL QUE SE LUCIERON CON UN BLUES.
Sin fuegos artificiales, elevaciones de batería o guitarras detonadoras, Motörhead tiene la fórmula del rock corto, contundente y añejado a pura distorsión.
Una caldera humana de seis mil personas aullaba sedienta el viernes por ver a la banda de Lemmy Kilmister, histórico vocalista y bajista del grupo inglés. Minutos antes de las 21, las luces se apagaron y un puño de metal sonoro impactó en cuerpo y mente. Motörhead abrió con Iron Fist, un clásico de 1982, sin bajar el volumen durante una hora y media de concierto. El gesto fiero de Lemmy, plantado sobre un par de botas negras y camisa al tono, un movedizo guitarrista de luto mascando chicle (Phil Campbell) y un baterista que arremolinaba su melena glam, dándole latigazos a los parches y platillos -Mikkey Dee-, eran la semblanza de la potencia rockera entrada en años.
Los shows de Motörhead no asombran desde lo escénico. Y aunque muchos tilden a sus trabajos de repetitivos, el trío (¡suenan como si fuesen seis!) se las rebusca para ajustar más la tuerca de rock y metal. "Esto es ruidoso" decía el violero y arremetía con Rock Out, uno de los mejores temas de Motorizer, el último trabajo del grupo, para luego engarzar con Metropolis, una perla de fines de los setenta.
Lemmy pregunta en castellano "por las chicas", muestra sus temibles verrugas gemelas y ejecuta You Better Run del disco March or Die. Luego un haz de luz blanco ilumina el solo de guitarra de Campbell mientras Lemmy, en penumbras detrás de los parlantes, se relaja prendiendo un cigarrillo y bebiendo unas copas. Una pausa para sus 63 años.
El bajista vuelve, escupe el cigarro y agranda esa impronta de general de mil batallas atrás de su cascado instrumento. Luego suena The Chase is Better than the Catch, del disco Ace of Spades, que eriza la piel con uno de los riffs más pegadizos del grupo.
El ganchero In the Name of Tragedy es partido a la mitad cuando la batería de Mikkey Dee hecha humo desde los costados, presagio del solo del sueco que pasó por King Diamond y Dokken. Luego del machaque, tres temas más y derechito a los bises...
Motörhead se desenchufa, y cómo. Como músico de estación de subte, Mikkey Dee toca la guitarra acústica y al mismo tiempo marca el ritmo de la batería con un pie en el pedal de bombo y el otro con el pedal de hi-hat del instrumento. Phil, también con viola acústica, flanquea la voz de Lemmy que se despacha con su veta blusera en Whorehouse Blues, clima ideal de bar con esencia Motörhead. El "cuelgue" vuelve a su furia original con Ace of Spades, el hit que sacudió La Paternal a puro pogo.
El cierre con Overkill sirve para que Kilmister apunte con su bajo a la gente, azote el instrumento y lo deje apoyado sobre un parlante, acoplando. La distorsión fue testigo del saludo final de la banda que deja escapar sonrisas y esperanzas de una pronta vuelta.."
... Ojalá pudiera explicar las emociones que me generó ese toque.... pero eso es imposible!!!!